2 de septiembre de 2014

Girardota: entre dos montañas


Se ha comenzado a desplegar en Girardota el proyecto de la Corporación El Balcón Lectores somos y en el camino nos encontramos. Para ello, hemos escogido a la I. E. San Andrés y a la I. E. Nuestra Señora del Carmen, ubicadas en las veredas San Andrés y Encenillos de Girardota.




Las mañanas y las tardes en estas veredas, enclavadas en dos montañas de Girardota, son aireadas y luminosas, y, si nada sabemos de la historia y del contexto social de estos bellos parajes, es imposible imaginar que se haya dado, y se den aún, fenómenos de violencia tan agudos. San Andrés todavía está inmerso en un conflicto complejo, que es una proyección de lo que sucede en el país, con desplazados, bandas que se disputan territorios, microtráfico, extorsiones. Encenillos atraviesa un período de calma, después de innumerables tragedias, que esperamos que sea perdurable.

En este contexto rural, buscamos que los niños y niñas de tres grupos de quinto grado y un grupo de tercer grado se reconozcan y se narren a partir de la experiencia cotidiana y de los espacios que habitan: la casa, la escuela, la vereda. En último término, toda creación surge de estos referentes que nos constituyen como seres, ya sea para profundizar en ellos o para distanciarnos,  y es la literatura y el arte los que nos permiten abrir un horizonte más amplio en el que estos contextos ganen nuevos sentidos y sean así resignificados.


Contar lo que somos es el primero de los ciclos de talleres que vamos a desarrollar. En la primera sesión, iniciamos un reconocimiento de la casa —tanto de la real como de la imaginaria—, tomando como incentivo dos libros: El libro de los cerdos, de Anthony Browne, y Hay casas, de María José Olavarría y Gemma Capdevila.  Narramos y describimos ese entorno inmediato, con quiénes vivimos, por quién sentimos más cariño, cuáles son los objetos y los espacios más entrañables y cuáles los que no nos gustan, a qué huele nuestra casa y nuestra habitación, pero también cómo quisiéramos transformar esos espacios desde el sueño y la imaginación. Así esperamos reconocer nuestros referentes simbólicos más íntimos, y también propiciar el desarrollo de la oralidad y la escucha. El resultado de este primer taller es un registro de estas narraciones y descripciones en forma de entrevista. Aquí dejamos un testimonio de ello.      

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